MARCO TEÓRICO
¿QUÉ ES EL SÍNDROME DE DOLOR MIOFASCIAL?
¿QUÉ ES LA FASCIA?
¿QUIÉN PUEDE BENEFICIARSE DE LA TERAPIA MIOFASCIAL?
¿QUÉ ES LA FASCIA?
¿QUIÉN PUEDE BENEFICIARSE DE LA TERAPIA MIOFASCIAL?
El SDM o Síndrome de Dolor Miofascial se
genera -a diferencia de contusiones- debido a la rigidez y sobrecarga de
los puntos gatillo. Es
provocado por los puntos gatillo que cuando están activos provocan dolor
tanto local como referido a otra zona del cuerpo.
Los procesos musculoesqueléticos
son la causa más frecuente de dolor, tanto agudo como crónico y de discapacidad
temporal o permanente. Al menos un 30%
de la población presenta algún síntoma en el aparato locomotor en que el dolor
de origen muscular tiene una importancia significativa.
Es un proceso muscular regional
agudo o crónico, primario o secundario, muy prevalente e incapacitante, pero
bastante desconocido, infra diagnosticado e infra tratado, probablemente porque
no se acompaña de alteraciones estructurales detectables con las pruebas
complementarias de imagen o analíticas y con frecuencia por estar asociado a
otros procesos musculo esqueléticos y, sobre todo, porque no están contenidos
en los programas de formación de medicina ni durante la especialización.
La inducción miofascial es una técnica muy conocida entre los profesionales de la fisioterapia,
pero aún muy desconocida para la mayoría de los pacientes. El objetivo, es dar
a conocer en qué se basa este método de fisioterapia, para qué se utiliza y
cuáles son sus resultados.
La terapia de Inducción Miofascial abarca un amplio abanico
de aplicaciones clínicas, siendo particularmente eficaz en el tratamiento de
lesiones del aparato locomotor e imprescindible su aplicación ya sea de forma
exclusiva o combinada con otro tipo de terapias.
La Inducción Miofascial es un
método de evaluación y tratamiento de todo el sistema fascial para eliminar sus
restricciones y equilibrar la alterada función corporal. Las técnicas que
utiliza son una combinación de presiones sostenidas, posicionamientos específicos
y muy suaves estiramientos.
La eliminación de las
restricciones faciales permite restablecer el equilibrio corporal, eliminar los
síntomas dolorosos y recuperar la alterada función del aparato locomotor.
En
el tratamiento, el fisioterapeuta utiliza suaves estiramientos,
presiones sostenidas y un posicionamiento especial para lograr cambios
mecánicos y así aliviar el dolor como también recuperar la alterada
función corporal.
Las típicas dolencias tratadas exitosamente con las
Técnicas Miofaciales son: lumbalgias, cervicalgias, dorsalgias,
hombros dolorosos, cefaleas, síndrome de la fatiga crónica, problemas
menstruales, codo de tenista, secuelas del latigazo cervical, síndrome del
túnel del carpo y escoliosis. Es también un tratamiento complementario dentro
del tratamiento de la fibromialgia.
La fascia es un tejido conjuntivo que rodea todos nuestros órganos de
manera que asegura su correcta posición y funcionamiento, así como cada
músculo, fibra muscular y haz muscular que también se encuentran rodeados de
esta. Para hacernos una idea podríamos asemejarlo a la fina capa que envuelve a
un gajo de naranja, por lo que si vaciáramos el contenido del gajo quedaría
solamente el envoltorio que sería como nuestra fascia.
Digamos
que es una malla tridimensional que
recubre todas y cada una de nuestras estructuras tanto por dentro como por
fuera.
Hay 2 tipos de fascia:
·
Fascia superficial que se
encuentra adherida directamente a la piel, de forma que el movimiento de la
piel implica el movimiento de esta fascia, osea que no se pueden mover por
separado, para entenderlo un ejemplo, sería como un traje de neopreno que
lleváramos puesto, el cual si me lo pongo retorcido me limitaría el movimiento
de alguna parte del cuerpo.
·
Fascia profunda que es la que rodea tanto a los músculos y
sus componentes (fibras y haces musculares) formando además en su parte
terminal el tendón que se unirá al hueso, como las vísceras. Por lo que cada
contracción muscular moviliza también el sistema fascial, al igual que cada
restricción del sistema fascial afectará al correcto funcionamiento del sistema
muscular.
Por todo esto podemos concluir que realmente la fascia nos envuelve de
una forma continua y sin interrupción, y así podemos entender que, aunque
tengamos un dolor en un parte del cuerpo, quizá la causa de nuestro dolor no se
encuentre tan cerca de esa zona, si no que puede deberse a una restricción en
un punto mucho más alejado.
Las técnicas de inducción miofascial cada vez han ganado más
espacio entre las técnicas dentro de la terapia manual utilizadas en
fisioterapia.
A nivel clínico encontramos todos los días diversas patologías que
pueden resolverse de una manera mucho más global con estas técnicas, y son
muchos los problemas que encuentran beneficios en ellas.
·
Dolores en la columna vertebral (lumbalgia, cervicalgia, dorsalgia)
·
Disfunciones a nivel tendinoso: tendinitis, túnel del carpo, síndrome de
De Quervain
·
Hombros dolorosos
·
Fibromialgia
·
Tratamientos post quirúrgicos (cicatrices)
·
Cefaleas
·
Disfunción de la ATM (articulación temporo- mandibular)
·
Síndrome del latigazo cervical
·
Espasticidad y rigidez en pacientes con afectación neurológica
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